La Catedral del Cusco

Según las crónicas, se dice que la plaza principal de Cusco estuvo rodeada por los principales templos y casas de los Incas, uno de aquellos palacios fue el Kiswarkancha de propiedad del Inca Wiracocha, a lado de esta casa hubo una construcción circular denominado Suntur Wasi (casa de armas), es sobre estas dos construcciones donde se alza la actual Catedral de Cusco y sus dos iglesias menores.

Inicialmente la iglesia que se había construido era pequeña, posteriormente la Catedral del Cusco necesidades del culto hicieron que se adquiriera los terrenos continuos para poder construir la actual Basílica Catedral, obra que se inicio en 1560 bajo la dirección del Arquitecto Juan Miguel de Veramendi y se concluyo en 1654, cabe destacar que después de un Cabildo Eclesiástico se mando a demoler Sacsayhuamán para que con esas mismas piedras se construyera la Catedral supervisada por arquitectos y sacerdotes occidentales pero ejecutada con el trabajo, sudor, lagrimas y sangre de los descendientes de los Incas.

Sin lugar a duda La Catedral es uno de los monumentos coloniales más destacados de América, de estilo renacentista, su planta interior tiene la forma de una cruz latina con cruceros que comunican con sus dos iglesias laterales, tiene tres naves: nave central, nave de la Epístola hacía el este y la nave del Evangelio hacía el oeste.

Retablo principal de la Catedral del Cusco

Cuenta la historia que donde actualmente se ubica la iglesia del Triunfo que en tiempo de los incas fue el Sunturwasi, tres años después de la llagada de los españoles, manco Inca inicia la guerra por recuperar su estado, hubo un momento en que los conquistadores estuvieron casi vencidos, todos ellos reunidos en dentro del Sunturwasi, según la tradición católica precisamente en aquel momento hizo su aparición la Virgen de la Descensión quien le dio fuerza y lucidez a los conquistadores para salir victoriosos, se dice también que en esas circunstancias apareció el apóstol Santiago cabalgando en su corcel y empezó a matar a los quechuas. Con la ayuda de estas dos divinidades los españoles pudieron salir triunfantes. . Es ésa la razón por la que es denominada "Iglesia del Triunfo", el triunfo de españoles sobre quechuas, el triunfo del catolicismo sobre la religión incásica.

La Ultima Cena

La iglesia tiene tres naves, seis retablos de madera de cedro tallados y dorados con hojas de oro resaltando el primero a la derecha que es barroco y bastante grande que ostenta un Cristo crucificado en bulto casi perfecto; tiene además dos retablos de estilo neoclásico hechos en yeso. En la parte central de la iglesia se halla el altar mayor labrado totalmente en granito y que para ser un trabajo en piedra es bastante complicado, está dorado en partes y en su porción superior contiene la imagen en bulto de la "Virgen de la Descensión"; en su parte inferior tiene una cruz de madera conocida como la "cruz de la conquista" aquella que trajo Vicente Valverde desde España y que fue la primera cruz cristiana en el Tawantinsuyo.

En la colonia las iglesias poseían catacumbas que debían guardar los cadáveres de gente adinerada o importante, hoy en la cripta abierta que se aprecia en la iglesia del Triunfo se guarda un cofre que contiene la mitad de las cenizas del ínclito cronista mestizo cusqueño don Gómez Suarez de Figueroa conocido como Garcilaso Inca de la Vega, traídas de la Catedral de Córdoba en 1978 por los reyes de España.

Coro de la Catedral

Cabe indicar que a pesar que la mayor parte de los trabajos de arte que aquí se encuentran han sido hechos por la misma época, los estilos o escuelas son diferentes y más aún son entremezclados en muchísimos casos; la razón para ello es que fueron ejecutados principalmente por artistas indígenas, quienes no tenían una larga tradición ni escuelas definidas para realizar obras requeridas por el catolicismo. Además, en pintura aquí se desarrolló la célebre "Escuela Cusqueña" reconocida en todo el continente; los europeos trajeron sus técnicas, estilos y escuelas que fueron enseñadas a los Incas o sus descendientes, quienes empuñaron el pincel o la gubia para ejecutar casi todos los trabajos de arte colonial que se encuentran en la región.

Los pintores Quechuas desde un principio, por imposición de la iglesia y los intereses de la evangelización no pudieron dar rienda suelta a su imaginación, y simplemente se limitaron a copiar escenas, estampas o cuadros ya existentes en Europa; por lo tanto no pudieron pintar sus rostros, paisajes andinos, ni firmar sus obras de arte.

Nave del Evangelio

Esa es la razón por la que hoy gran parte de sus obras son anónimas; no obstante, el artista Quechua entremezcló o puso las cosas de su mundo y religión autóctonos en su obra de arte de una manera a veces oculta y/o disimulada. En la actualidad se conocen algunos de los autores de ciertas obras de arte porque se han encontrado los conciertos o contratos que se celebraron para su ejecución.

Hoy, en las columnas centrales de la iglesia se aprecia una colección incompleta de los doce originales lienzos que representaban las Parábolas de Cristo, con los doce meses del año, las cuatro estaciones y sus signos zodiacales; pintadas hacia 1681 por el pintor andino Diego Quispe Tito natural del actual distrito de San Sebastián al este de la ciudad, quien probablemente aprendió el arte de la pintura en Europa por lo que tiene una fuerte influencia flamenca; Quispe es el creador y máximo exponente de la Escuela Cusqueña y es también autor del lienzo en la catedral que representa la "Virgen de Belén", y muchos otros diseminados en todo el país.

Señor de los temblores

Al oeste de la iglesia del Triunfo hay un portón que comunica con la Basílica Catedral, al trasponerla se encuentran pinturas diversas resaltando dos lienzos enormes pintados por Basilio Santa Cruz Pumacallo, otro insigne representante de la Escuela Cusqueña del siglo XVII. Con normalidad se aprecia que los cuadros hechos por artistas nativos no son perfectos, casi siempre son faltos de proporción y proyección, y tienen muchos errores; uno de los lienzos de Santa Cruz Pumacallo representa "La Apoteosis de San Cristóbal" en la que la proyección es deficiente, el santo tiene la cabeza muy grande para su cuerpo, y donde tampoco se observa la refracción que ocurre al tener los pies sumergidos en el agua, fenómeno por el que las cosas parecen estar quebradas; pero en su conjunto es un lienzo bello. El otro lienzo grande representa a San Isidro el Labrador, patrono de los agricultores.

Se aprecian también alrededor de la puerta otros cuadros del pintor Martín de Rivera, todos con marcos tallados en cedro y dorados con hojas de oro. Para el dorado de marcos, rejas, retablos y altares se empleó la técnica de la "Hoja u Hojuela de Oro"; en principio se debió tallar y pulir la madera que luego era alisada con tiza o yeso, para posteriormente untar las superficies con "Bol de Armenio", una especie de pegamento sobre el que se colocaban finas láminas de oro de 18 quilates, esta técnica es conocida por algunos como "Pan de Oro"; por lo tanto, las superficies doradas no fueron ni son pintadas, sino que contienen oro sólido.

Avanzando hacia la derecha, por la nave de la Epístola, se arriba a la capilla donde se muestran algunos objetos de Platería; capilla que como las demás tiene una verjería en cedro dorado bastante bella; resaltando en el interior el "Templete de Plata" o "Baldaquín" hecho en 1733 utilizando parte de un legado del Deán doctor Francisco de Goyzueta Maldonado, que anualmente se utiliza para transportar la Custodia y el Santísimo Sacramento durante la procesión del Corpus Christi. Se aprecian además frontales, incensarios, un sahumerio, literas, candelabros, etc., todos fabricados en plata; los marcos y estructuras principales de los objetos grandes se han hecho en madera de cedro y fueron recubiertos con planchas de plata repujada.

Más adelante se llega a la Sacristía, también conocida como la "Sala Pictórica" por la cantidad de lienzos que se encuentran en su interior, con pinturas en la porción superior que representan algunas escenas bíblicas, más abajo Santos de la Iglesia Católica de todo el mundo y aún más abajo una colección de lienzos con imágenes a cuerpo entero de todos los obispos y arzobispos que se tuvieron en la ciudad a partir de Vicente Valverde que fue el primer obispo del Cusco. En el mismo recinto se encuentran armarios y baúles tallados en cedro en época colonial donde se guardan las vestiduras ceremoniales de sacerdotes y otros elementos de parafernalia católica; aquí dentro, detrás de una puerta tallada se encuentra la caja fuerte donde se guardan las joyas más valiosas de la Catedral, incluyendo coronas, adornos, etc., hechos en oro de 18 y 24 quilates; resalta la custodia que tiene un peso de casi 22Kg de oro y 5Kg de plata, además de estar adornada con más de mil piedras preciosas siendo las más abundantes perlas, diamantes y esmeraldas.

Lienzos del interior de la Catedral

Dentro de la Sacristía se encuentra también uno de los dos altares de cedro que no fueron dorados en la Catedral, tiene columnas salomónicas propias del barroco y en su porción central baja contiene un lienzo de un Cristo Crucificado que era atribuido al pintor flamenco Van Dyck, no obstante ello, estudios serios demuestran que es un lienzo de escuela cusqueña cuyo autor es anónimo y como en muchas obras de este tipo el lienzo no es perfecto ya que el cuerpo del Cristo no parece ser el de un varón sino el de una fémina por el contorneo de sus caderas y la consistencia de la carne; quizá se utilizó a una mujer como modelo o en su defecto esa es la forma como el artista indígena percibía a Cristo.

Saliendo de la sacristía hacia la derecha en un ángulo de la iglesia se encuentra el altar del Señor de Unupunku (unu: agua; punku: puerta), la tradición creía que la catedral estaba construida sobre un lago cuyas aguas se podían ver al levantar la loza que está delante del altar, mas se trata sólo de un canal de drenaje de las aguas de un manantial; cabe destacar que en todo el Valle del Cusco se encuentran gran cantidad de manantes naturales.

Al costado oriental del altar está un gran lienzo que representa a Cristo y sus apóstoles en la Ultima Cena cuyo autor es el cusqueño Marcos Zapata; no es un lienzo perfecto pero sí es posiblemente el más célebre de la catedral porque al medio de la mesa se aprecia una bandeja que contiene un cuye (cobayo o conejillo de indias) asado que es el plato por excelencia en los Andes, heredado del Incario y se consume sólo en las ocasiones más especiales; asimismo el pintor andino puso en la mesa productos como papayas y rocotos, es decir elementos de su mundo ancestral.

Continuando por detrás del actual altar mayor se encuentra el Altar de los Apóstoles que se supone fue el primitivo altar principal de la catedral, tallado en cedro sin dorar contiene las imágenes en bulto de los apóstoles con San Pedro al medio en la parte baja; su estilo es confuso al tener elementos del churrigueresco y rococó.

Más adelante, en el otro ángulo, ya en la nave del evangelio se encuentra el Altar de la Santísima Trinidad que fue una donación de Juan de Salas y Valdez quien se supone fue propietario de la Casa de los Cuatro Bustos donde hoy se halla el hotel Libertador, ejecutada por el maestro ebanista y ensamblador Martín de Torres; resalta en el altar la pintura de la Virgen y el Niño que juega con un pichón de cernícalo pintada por el jesuita italiano Bernardo Demócrito Bitti, siendo una de las pocas obras que se encuentran en la iglesia hechas por artistas extranjeros. Al costado occidental del altar está otro lienzo grande que representa el Cordero Pascual, obra de Marcos Zapata, con Cristo y sus discípulos en la parte superior y hacia abajo el Rey David y su arpa, María Magdalena y San Pedro junto a un gallo; llaman la atención las escaleras pintadas en las parte inferior derecha del lienzo que están suspendidas en el aire.

Avanzando hacia afuera, a la derecha se encuentra la Capilla de la Virgen de la Natividad que es un tanto austera y al frente de ésta se halla la cripta donde se guardan los restos de obispos y arzobispos del Cusco; sobre la puerta de rejas está un lienzo anónimo bastante grande que representa el terremoto de 1650 que asoló la ciudad, mandado a pintar por Alonso de Monroy y Cortés, donde se aprecia que un siglo después de la invasión española los techos de las casas eran ya de tejas, la gran plaza incásica ya estaba dividida en dos sectores, y también se observa la imagen del Señor de los Temblores; en 1950 ocurrió otro gran terremoto en la ciudad y de igual modo en el Incario el año 1350, por lo que tradicionalmente se aduce que en el Cusco se tienen terremotos grandes cada 3 siglos.

Poco más adelante se encuentra la Capilla de la "Virgen de Choqonchaka" o "El Dulce Nombre de María" que ostenta un altar de barroco cusqueño profusamente exornado, muchos denominan a este barroco "crespo cusqueño". Aquí se encuentra la imagen en bulto de la "Virgen de la Inmaculada Concepción" que es muy similar a la "Virgen la Linda" hallada también en esta catedral; la imagen fue traída de Choqonchaka que fue un fundo extenso en la provincia de Lampa del departamento de Puno cuyos ingresos servían para el sostenimiento de la capilla donde hoy también se aloja el Sagrario de la iglesia. Avanzando hacia afuera se pasa el crucero que tiene una puerta conducente a la iglesia de la "Sagrada Familia" en cuyas paredes laterales se hallan otros dos lienzos inmensos cuyo autor es Basilio Santa Cruz Pumacallo y representan "La Imposición de la Casulla a San Ildefonso" y "El Éxtasis de San Felipe de Neri", los otros lienzos alrededor de la puerta son obra de Martín de Rivera. Avanzando siempre hacia la puerta principal de la Catedral se encuentra la Capilla de la Virgen de la Inmaculada Concepción, tradicionalmente conocida como "La Linda" por las facciones que presenta su imagen en bulto, tiene un altar dorado barroco bastante bello trabajado por el maestro ensamblador Martín de Torres, y un frontal de plata repujada con el escudo del obispo Doctor don Manuel de Mollinedo y Angulo considerado como el más grande mecenas del arte colonial en el Cusco; él fue natural de Madrid e impulsó hacia finales del siglo XVII de modo bastante activo la creación de lienzos, altares, púlpitos, frontales y muchos otros objetos de valor artístico, no sólo en la catedral sino en muchas de las iglesias de la ciudad. Avanzando más se halla la Capilla de San José que tiene un altar dorado ostentando las imágenes en bulto de San José y el Niño Jesús; a pesar de las obras de arte que presenta ésta es la capilla más austera de la iglesia; al frente de esta capilla se halla un lienzo titulado "Santa María Real de la Almudena", Virgen venerada en Madrid, cuyo autor es Basilio Santa Cruz Pumacallo.

Iglesia y Convento de Santa Catalina

Un poco más hacia el exterior se halla la Capilla del Apóstol Santiago, quien es patrón de España como consecuencia de la ayuda que según el catolicismo le dio al pueblo español en la invasión de los Moros; también aquí fue proclamado patrón del Cusco en 1651 al considerar la tradición católica que ayudó a los invasores españoles a vencer a los Incas luego del sitio de la ciudad por Manco Inca en 1536.

En España es conocido como "Mata Moros" y aquí como "Mata Indios"; en la capilla se encuentra la imagen en bulto del Santo Ecuestre, su altar es de cedro dorado donde se halla una pintura que representa al Santo matando a los Quechuas partidarios de Manco. Frente a esa capilla se halla el altar del Señor de la Transfiguración y más adelante la Capilla de la Virgen del Carmen, con altar también de cedro dorado; en las paredes laterales se observan dos lienzos cuyo autor es Francisco González Gamarra, pintados en el presente siglo.

En esta zona se encuentran las puertas de la catedral que dan hacia la Plaza de Armas, la puerta central es denominada "Puerta del Perdón", la oriental "de la Epístola" al igual que la nave a partir de ella y la occidental "del evangelio" así como su nave. La catedral tiene en su fachada dos torres, la occidental o "Torre del Evangelio" alberga, de acuerdo a una leyenda descrita por Alfonsina Barrionuevo a un príncipe Quechua cautivo, prisionero en una celda cuya entrada se ignora y que el día en que la torre se desplome saldrá en libertad y reunirá a su pueblo restableciendo el Tawantinsuyo, dice además, "Cuando el Terremoto del 21 de mayo de 1950, los venerables taitas de los ayllus aguardaron por semanas la destrucción de la torre que se rajó en tres partes. Fue inútil porque no cayó y fue reconstruida por España.

Pero ellos mantienen su esperanza y creen que algún día la predicción se cumplirá". Esa misma torre sostiene la célebre campana mayor de la ciudad "María Angola" que tiene 2.15 metros de altura y pesa 130 quintales (5980Kg), fundida en 1659 y que de acuerdo a la tradición su nombre proviene en homenaje a una esclava negra liberta de nombre María originaria de Angola que arrojó al crisol donde se fundía el metal para la campana unas 25 libras de oro y que su sonido era audible hasta Urcos a unos 40Km de la ciudad; hoy la campana está rajada, tiene un sonido ronco y se tañe sólo en ocasiones especiales.

Ingresando por la "Puerta del Perdón", uno se encuentra frente al Altar del Perdón que fue mandado a construir por el Obispo Mollinedo y Angulo en 1678, en cuya porción central se halla el lienzo de la Virgen de la Natividad o "La Antigua", que de acuerdo a la tradición es un regalo para la ciudad del Rey Carlos V que reinó en la primera mitad del siglo XVI; lleva a un niño Jesús en los brazos y sus vestiduras están profusamente exornadas con un brocateado o "estofado" realizado con pintura dorada.

Originalmente, a ambos lados de la Virgen La Antigua se encontraban 2 lienzos de Quispe Tito que representaban "La descensión de la Virgen en el Sunturwasi" y "La aparición del Apóstol Santiago en la Plaza Mayor", que fueron retirados por orden del Presidente Mariscal Agustín Gamarra, décadas después de la consecución de la independencia por considerarlos ofensivos a la nacionalidad peruana; en su lugar se colocaron lienzos que según algunos corresponden al pincel de Corbacho y según otros a González, que representan la "Profesión de Santa Clara" y "El Coro de los Capuchinos".

Alrededor de toda la parte superior, sobre la cornisa interna de la catedral se observa una serie de lienzos pintados en 1755 cuyo autor es Marcos Zapata; serie de 50 lienzos que se denomina "Letanía Lauretana de Nuestra Señora", colocada en las pechinas o enjutas de arco.

Avanzando hacia la derecha, por la "nave de la epístola", se halla la Capilla de la Virgen de los Remedios, en cuyo altar barroco de cedro dorado aparece un lienzo de la Virgen y el Niño en cuyas cabezas existen coronas de plata superpuestas en la tela de la pintura que fue mandada a pintar por don Alonso Monroy y Cortés en Valencia (España), trasladada a México, Lima, Huancavelica y finalmente traída a esta ciudad por el mismo Monroy y Cortés en 1646 que según la tradición tuvo que cumplir la voluntad de la Virgen de ser traída a la Catedral del Cusco, luego que Monroy recibiera un milagro de la misma; parte del milagro se representa en el lienzo tríptico existente en la pared lateral derecha de la capilla.

Más adelante se encuentra la Capilla de la Virgen del Perpetuo Socorro, cuya imagen en bulto hecha en plata repujada de unos 30 cm de altura ocupa la porción central del altar barroco de cedro dorado, a su derecha está la escultura de San José y a su izquierda la de Santa Rosa de Lima (Santa domínica peruana [1586-1617], canonizada en 1671, patrona del Perú, de América y las Filipinas). Frente a esa capilla se encuentra el Altar de San Antonio de Padua, en cuya porción central está la escultura del Santo que es patrono de los viajeros, pordioseros y mujeres estériles; es frecuente encontrar en el retablo, a los pies del Santo cartas de mujeres solteras pidiendo les conceda novios.

Más adelante, siempre en la nave de la epístola se halla la Capilla del Señor de la Vara (de la Caña o Justo Juez), que ostenta un retablo barroco de cedro dorado en cuya parte central está la escultura de Cristo sentado sosteniendo una vara símbolo de autoridad delante de él; a ambos lados del Cristo están las imágenes en bulto de Santa Cecilia y Santiago el Menor, y encima la escultura de San Miguel Arcángel. Frente a esta capilla se halla un lienzo que representa la Virgen de Belén que corresponde al pincel de Diego Quispe Tito.

Continuando hacia el interior está la Capilla del Señor de los Temblores, el más importante Cristo de la catedral; considerado Patrón Jurado del Cusco cuyo día y procesión central es cada lunes Santo. La escultura, según la tradición, es un presente del rey Carlos V de España para la ciudad y llegó a mediados del siglo XVI, traído por mar fue denominado "Señor de las Tormentas", según el catolicismo por haber tranquilizado el mar embravecido que amenazaba la embarcación que lo traía. Sin embargo, al hacerse los trabajos de restauración de la imagen hace algunas décadas atrás se descubrió que en su fabricación se había utilizado la técnica del "T'eque" cusqueño, por lo tanto fue hecho en la región en base a maguey (Agave americana) y posiblemente los fondos fueron enviados por el aludido rey. Su actual denominación de "Señor de los Temblores" surgió a partir de 1650 cuando la antigua Capital de los Incas fue sacudida por un gran terremoto; cuenta la tradición católica que en medio de ese movimiento telúrico algunos feligreses cusqueños sacaron en procesión esa imagen que hasta entonces estaba olvidada en un rincón de la iglesia, deteniendo así la catástrofe. Este es un Cristo moreno, no porque se haya utilizado pintura para darle esa coloración oscura sino que es simplemente consecuencia de los materiales de base resinosa o grasosa que se utilizaron para su construcción que con el tiempo adquirieron ese color por la influencia del humo de las velas.

La Catedral del Cusco

Su retablo original estuvo hecho en cedro dorado al igual que los demás de esta catedral, mas desafortunadamente hubo un incendio que quemó el original y el que hoy se aprecia está hecho en yeso, es neoclásico y en la actualidad los fieles de la ciudad lo están cubriendo paulatinamente con planchas de plata repujada. Este es además, uno de los Cristos más ostentosos del país por la cantidad de joyas que posee entre las que se cuentan coronas, clavos, etc. La corona original del Señor de los Temblores que tenía un peso de 1.3kg de oro sólido fue robada en la década del 80, la que hoy se observa es también áurea pero más liviana; los clavos que muestra en las manos y pies son de oro sólido y centenas de piedras preciosas.

En ambos costados del Cristo moreno se hallan las esculturas de la Virgen Dolorosa y San Juan Bautista.

En la nave central se encuentra el Altar Mayor o Altar Principal de la Catedral cuya estructura base neoclásica está tallada en cedro y dorada con hojuelas de oro; hoy la cara del altar se halla totalmente cubierta con planchas de plata repujada, plata que fue donada por el Dr. Manuel Boza, cura del pueblo de Santo Tomás en la actual provincia de Chumbivilcas para la catedral del Cusco representada por el entonces obispo don Bartolomé de las Heras, el cura Boza fue dueño de minas de plata y había mandado cubrir con planchas del metal precioso los pasadizos de su iglesia con ocasión de la llegada del obispo quien ordenó o probablemente solicitó se trasladase el material para cubrir el altar mayor de la catedral; en el frontal del altar se lee una inscripción aludiendo el trabajo como regalo del obispo de las Heras fechada en 1803.

En la parte alta, en medio del Altar Mayor está la imagen en bulto de la Virgen de la Asunción (Virgen Asunta), es de destacar que la catedral fue dedicada a esa Virgen.

En las columnas delante del Altar Mayor se hallan dos Ambones, obra de Martín de Torres; son una especie de dos púlpitos pequeños utilizados para leer el Evangelio y la Epístola durante los servicios religiosos. Adosado a una columna de la nave central se observa el Púlpito, tallado en cedro con estilo barroco por el más famoso escultor Quechua nacido en estas tierras cuyo nombre es Juan Tomás Tuyro Túpac; en la taza o base se aprecian esculturas de San Lucas, San Marcos, La Virgen de la Inmaculada Concepción al centro, y al otro lado San Juan y San Mateo, todos separados por columnas retorcidas; en el respaldo del púlpito se halla la imagen de San Pablo; encima está el tornavoz bastante exornado en cuya cumbre está también la escultura de San Pablo.

En las columnas centrales de la catedral se observan lienzos que representan a San Lucas, San Mateo, San Gregorio Magno, San Jerónimo y San Agustín que corresponden al pincel del pintor Antonio Sinchi Roqa, descendiente de la nobleza incásica, natural de la Villa de Maras actual distrito del mismo nombre en la provincia de Urubamba, quien además tiene otros lienzos en la iglesia de la Sagrada Familia en esta misma catedral.

Bovedas Acanaladas

Frente al Altar Mayor se halla el Coro de la Catedral que es una obra maestra de tallado en madera que a decir de algunos historiadores es obra del sacerdote Diego Arias de la Cerda, en realidad este sacerdote hizo la administración de recursos y posiblemente también diseño el coro, mas fue un equipo de expertos artistas indígenas que hizo posible su materialización. El Coro está tallado en cedro con estilo barroco bastante complicado y contiene las imágenes talladas de 42 Santos de la iglesia católica de todo el mundo, y encima 38 Santas y Vírgenes.

Tiene dos niveles de sillería, el inferior consta de 24 sitiales mientras que el superior de 40, los sitiales tienen coderas anchas, planas y horizontales que además servían para allí colocar los candeleros; hacia abajo, esas mismas coderas presentan figuras femeninas con facciones indígenas que muestran sus pechos desnudos y el vientre abultado a manera de un ojo que según la tradición representan la "Pacha Mama" o "Madre Tierra" del Incario.

asiento de los sitiales tiene una parte plegable ajustada con bisagras que es conocida como "misericordia" porque al tener ceremonias bastante largas esa parte movible permitía a los asistentes pararse y estirar las piernas. Hacia el fondo, al medio de todos los sitiales se halla el trono central o "sitial episcopal" que es más amplio y adornado que los demás, detrás del cual hay un pequeño retablo hecho en madera de ébano que posiblemente fue traído de España al encontrarse esta madera sólo en África.

En la porción central del retablo se observa la imagen tallada de la Virgen de la Asunción, y encima de toda esta zona central se halla también el escudo de León y Castilla, el de los Reyes Católicos de España, tallado en cedro. Al medio del coro está el atril o facistol que originalmente podía ser girado y servía para alojar las partituras musicales utilizadas por los músicos; en la parte superior de las paredes laterales del coro se hallan dos órganos de viento producido por fuelles, hoy no se utilizan más pero son reliquias importantes porque fueron manufacturadas en el Cusco.

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