La cultura Chavín se desarrolló en el callejón de Conchucos al lado oriental de la Cordillera blanca. Dicho lugar se encuentra ubicado a 3150 metros sobre el nivel del mar aproximadamente, abarca las regiones naturales de quechua, puna y jalca. Esta cultura destaco bastante en lo referente a textileria, cerámica, orfebrería pero como ya es conocida resalto en la escultura.

En lo que refiere a orfebrería realizaban trabajos en repujado, y también elaboraban diademas, aretes, brazaletes, orejeras y pequeños adornos. Algunas muestras de estos trabajos fueron halladas en Kuntur Wasi y Chongoyape. La recurrente utilización de oro hace suponer que procedían de los lavaderos de los ríos amazónicos.

En la textileria utilizaban como materia prima la lana y el algodón eran expertos realizando tejidos y tapices. Estos podían ser simples o también bordados y con adornos a base de flecos y orlas.

Según Julio C. Tello se encontraron vestigios de hilandería y textilería, ya que se encontraron fragmentos de tejidos de lana y de algodón. Según las muestras encontradas en Paracas, un trozo anudado procedente de las tumbas de Cerro San Pedro de Ancón y multitud de objetos de cestería y petatería.

Como también se sabe los chavín también tuvieron una cerámica extraordinaria ya que tenían una característica muy curiosa la cual era que tenían forma globular con asa estribo en la gran parte de veces era generalmente monocroma, en algunas ocasiones estaba decorada con colores rojo y negro-plata.

En estos también se puede apreciar la representación de una serie de figuras de seres zoomorfos y también de animales tales como felinos, lagartos, monos, aves y serpientes, y también figuras fitomorfas y antropomorfas.

Los chavín tenían una destreza para realizar esculturas pétreas tales como El lanzón monolítico el cual tiene la forma de una gigantesca punta de proyectil y este se encuentra en uno de los corredores del Templo Viejo de Chavín. En dicho lanzón se representa a un dios antropomorfo el cual tiene boca de felino y cabellera de serpientes.

Otra escultura bastante conocida es La estela Raimondi se dice que representa a un dios con dos báculos, también se dice que es muy similar al dios que está en el lanzón. Este monolito adquiere su nombre como homenaje al naturalista italiano Antonio Raimondi ya que él fue quien impulsó su traslado a Lima para su estudio y conservación.

Otra escultura similar a la estela de Raimondi es La estela de Yauya el cual es un monolito en forma de prisma, y en una de sus caras se halla labrada la figura de una ser mítico. Acerca de este tema existen muchas teorías de que pueda ser la figura labrada una de las teorías es que pueda ser una representación de una divinidad ictiomorfa eso quiere decir con forma de pez esta teoría se basa principalmente en los diseños que parecen vértebras del espinazo de un pez y escamas estilizadas. Actualmente está escultura se encuentra quebrantada en cuatro partes. Se deduce que pudo medir 3 m de alto, 50 cm de ancho y 18 cm de grosor.

Otro lugar de gran recurrencia por los visitantes es el castillo de Chavín donde se encuentran las cabezas clavas Estas son bultos escultóricos que representan las cabezas de las deidades que tenían las cuales eran de diferentes tamaños. Todas estas cuentan con una estructura alargada para ser insertadas en los muros del castillo de Chavín o templo principal. En algunos casos presentan rasgos antropomorfos y en otros zoomorfos o tambien una combinación de ambos, al estilo de la figura del lanzón monolítico.

En el mismo lugar también se encuentra El obelisco de Tello el cual es una escultura lítica de forma de prisma, de 2,52 m, esculpido en las cuatro caras. Representa a una divinidad compleja, existiendo diversas interpretaciones sobre su naturaleza. En toda su superficie se representan multitud de otros elementos tales como hombres, serpientes, aves, felinos y plantas. La fama del obelisco Tello es atribuible a la riqueza iconográfica chavín que contiene.